Las II Jornadas de Patrimonio y Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla La Mancha (COACM) han concluido exitosamente en Cuenca, reafirmándose como un importante foro de discusión sobre la conservación y rehabilitación del patrimonio arquitectónico. Este evento, que se celebró en colaboración con la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y diversas instituciones regionales, busca dar continuidad al camino iniciado en Toledo el año anterior.
El lema de esta edición, «Nuevos usos para viejos espacios», sirvió como eje central para estructurar la jornada en tres bloques temáticos. En estos, no solo se analizó la legislación vigente relativa a la protección del patrimonio, sino que también se exploraron diversos enfoques sobre cómo valorizar y reutilizar estos espacios. En este sentido, Elena Guijarro, decana del COACM, resaltó la importancia de la participación de un equipo multidisciplinario en este tipo de iniciativas, señalando que no deben limitarse solo a arquitectos.
Uno de los principales puntos discutidos fue el desafío que representa la conservación del patrimonio, y las soluciones legislativas necesarias para normar las intervenciones y definir criterios claros de protección para los distintos tipos de patrimonio. Guijarro puntualizó la urgencia de establecer inventarios que incluyan varios niveles de protección, lo cual facilitaría una catalogación correcta de los edificios y permitiría priorizar intervenciones acordes a su valor e idiosincrasia.
Adicionalmente, se anunció la futura implementación de cursos de formación en arquitectura y patrimonio, en conjunto con instituciones que muestran un claro compromiso con la defensa de estos bienes culturales. El evento contó además con la presencia de autoridades académicas y gubernamentales, quienes subrayaron la relevancia de mantener un diálogo fluido entre arquitectos y administraciones, asegurando así una protección efectiva del patrimonio.
La jornada también abrió espacio para el análisis de la legislación actual y las nuevas propuestas en materia de patrimonio, junto con la adaptación de edificaciones contemporáneas a nuevos usos sociales. Estos temas promovieron un debate fructífero en busca de soluciones prácticas. Al concluir, se alcanzó un consenso sobre la necesidad de seguir promoviendo encuentros de este tipo, reflejando el reconocimiento de que la atención al patrimonio cultural debe ser constante y requerir un enfoque integral para su adecuada conservación y revitalización.